miércoles, 19 de agosto de 2015

El saqueo de Amberes


En la segunda mitad del S.XVI estalló la "guerra de los 80 años", por diversos motivos desde económicos a políticos, pero el principal pretexto fue por la represión religiosa que existía sobre los nobles protestantes y calvinistas, que demandaban el derecho a la libertad de religión y la abolición del tribunal de la inquisición.
En 1566 los nobles holandeses presentaron una reclamación a la gobernadora de los Países Bajos, Margarita de Parma, hermana de Felipe II, en la que pedían la libertad de religión y la abolición del tribunal de la inquisición, después de una serie de disturbios, Felipe II, que estaba empeñado en que debia combatir la heregia y decide enviar allí a Fernando Alvarez de Toledo, tercer Duque de Alba, que reprimiría con dureza los disturbios y en 1567 crearía el tribunal de los Tumultos, que ejecutaría a centenares de flamencos y expropiaría sus bienes. Esta medida fue como apagar un incendio con gasolina.
En 1568 el Duque de Alba ejecuta a Egmont y Horn dos importantes nobles que sirvieron a la corona española (apoyaron a Felipe II años antes en la guerra contra Francia), y el príncipe Guillermo de Orange huye a sus posesiones de Alemania, donde forma un ejercito.

Este conflicto que duraría de 1568 a 1648, se convirtió en una guerra de desgate prolongada que supuso un gran gasto para la corona española, que declaró la bancarrota en varias ocasiones, dejó gravemente perjudicada la economía y demografía españolas y en el tratado de Westfalia (1648) que pondría fin a este conflicto España perdería su hegemonía en Europa.

Uno de los episodios de esta guerra es el saqueo de Amberes de 1576, después de que la corona se declarase en bancarrota por segunda vez en 1575, muchos soldados destinados en Flandes llevaban mas de dos años sin cobrar su soldada y tenían que malvivir y comer de lo que encontraban o "confiscaban" a la población civil. En Julio de 1576 el tercio de Valdés se amotinó, como era tradición después de la batalla, se negó a obedecer ninguna orden hasta que cobraran sus pagas y fue a saquear la ciudad de Aaist, el tercio liberó a sus oficiales para que no tuvieran que elegir entre su tropa o su Rey y posteriormente eligieron a sus cabecillas.

Mientras en Amberes el Gobernador cansado de los desmanes de las tropas españolas amotinadas, (aunque también podría pensarse que aprovechó un momento de debilidad del ejército español), dejó entrar en la ciudad al ejército rebelde holandés compuesto de 20.000 hombres y les entrego la ciudad. Sancho Dávila con menos de mil hombres dirigía la guarnición de Amberes y al conocer la traición del gobernador de Amberes tuvo que retirarse al castillo del interior de la ciudad, quedando rodeado, la situación de los españoles atrapados era muy delicada.

Al conocer los hechos ocurridos en Amberes, el tercio de Valdés en Aalst, decidió ir a socorrer a sus camaradas atrapados en Amberes, uno de los cabecillas de esa decisión era Juan de Águila. Marcharon 40 km hacia la ciudad en una noche portando estandartes de la Virgen en vez de la bandera española, para no mancillar el honor de la corona.

Cuando llegó el tercio de Valdés a Amberes, se encontró con los otras tropas que habían venido a socorrer a los soldados atrapados, unos 600 hombres comandados por Juan Romero y Alonso de Vargas, en total contando la guarnición en el interior de la ciudad serian apenas 6000 hombres, pero experimentados soldados, contra 20.000 hombres del ejército rebelde, de los cuales 6000 eran soldados y el resto milicianos con poca formación militar.
El tercio de Valdés llegó exhausto de la larga marcha, cuando se encontraron con sus compañeros, los cuales les ofrecieron comida y descanso, estos la rechazaron, la actitud de las tropas era desafiante, tomarían la ciudad o morirían en el intento.

El 4 Noviembre de 1576 las tropas españolas se lanzaron al asalto de Amberes, tomaron los muros, mientras al mismo tiempo Sancho Dávila lanzaba una ofensiva desde dentro de la ciudad, el ímpetu, organización y experiencia de las tropas españolas desbordó completamente a los rebeldes que huyeron en desbandada, un contingente de rebeldes se retiró al ayuntamiento intentando contener el ataque, pero los tercios prendieron fuego al ayuntamiento para que salieran, el incendio se extendió por la ciudad, destruyendo parte de ella.

Aprovechando esta situación de caos, los tercios saquearon la ciudad durante tres dias, en la toma de a la ciudad los españoles apenas sufrieron bajas, pero los rebeldes perdieron 2500 hombres y unas bajas 5000 civiles.

Grabado de la leyenda negra
Este episodio seria conocido en Europa como la furia española, y tuvo como
consecuencia la pérdida del apoyo de las provincias catolicas aun leales a la corona, fue resuelto en parte el 7 de Noviembre con la Pacificación de Gante que reconocia cierta independencia a los paises bajos. También fue utilizado para alimentar la leyenda de negra de la España de Felipe II, toda una campaña propagandística que mostraba la brutalidad de los españoles, frente al comportamiento "impecable" de ingleses, franceses y holandeses.